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Jesús de Medinaceli

Cadalso de los Vidrios

 

La historia de la Cofradía comienza prácticamente con el nuevo siglo, cuando una persona, hija de esta Villa, decide donar, de forma totalmente anónima, una Imagen de Jesús de Medinaceli al pueblo de Cadalso de los Vidrios. Don José Juan Lozano, párroco de esta localidad en aquellos años, no quiere que la Imagen llegue a la Iglesia y simplemente quede en una capilla para adoración de los fieles. Esta idea la comparte con un grupo de fieles y comienza así a esbozarse el proyecto que ha llegado, no sin dificultades, hasta nuestros días. En aquel momento, sin ser todavía muy conscientes del enorme reto al que se enfrentaban, el grupo fundador se pone en marcha.

La primera parte del plan requiere centrarse en la realización de la Imagen. Para ello se comienza solicitando la colaboración de los Padres Capuchinos de Jesús de Medinaceli de Madrid y estos, identificándose plenamente con el proyecto de la Cofradía, se ponen a nuestra entera disposición. Fruto de esta buena colaboración, se consigue la realización de una talla en madera a imagen y semejanza de la que se halla  en la Basílica y Parroquia de Jesús de Medinaceli en Madrid, a cargo de la Orden de los Padres Capuchinos. La segunda parte del proyecto consiste en decidir donde alojarla. Tras múltiples consultas y reuniones, se decide que la Capilla del Baptisterio de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción es la mejor de todas, ya que ésta reúne las mejores condiciones: humildad, ya que es la última de la Iglesia, pequeña, ya que nunca quisimos ser grandes y por último, gloria para todos aquellos que sean bautizados en Cadalso de los Vidrios en el futuro. Una vez tomada la decisión, pedimos ayuda para reformar la capilla, hasta ese momento en estado de abandono y en total desuso; columnas de granito, suelo, luces, rejas, etc. Muchas personas, de toda clase y condición, acudieron desinteresadamente a esta llamada. Entre los que colaboraron hubo incluso personas anteriormente alejadas de nuestra Iglesia y nuestra Fe pero que,  de forma sorprendente y naturalmente aceptada, pasan a formar parte muy activa de la Cofradía. El tercer reto, uno de los más grandes, era como vestir la Imagen: Y se vistió  de la mejor forma que podía hacerse, con la colaboración de los Padres Capuchinos de Madrid, quienes cedieron el manto, los cordones y el escapulario, todos ellos de Jesús de Medinaceli de Madrid.

Tras conseguir todo esto, sólo faltaba la Bendición y Entronización de la Imagen. Ésta se realizó el 19 de enero de 2.003; ese día lucio el sol como jamás lo hizo un mes de enero en Cadalso de los Vidrios. Esta fecha es recordada por todos los que estuvieron presentes como algo especial, con algo que hizo estremecer a todos, quizá por la presencia y apoyo de todos los que ayudaron en momentos difíciles, quizá por la devoción que se hizo patente en todo momento o quizá por la certeza de estar viviendo un tiempo especial en nuestra Iglesia.

Restaba ahora fundar formalmente la Cofradía. Ésta, gracias a Dios, se consigue el 2 de febrero de 2.004, fecha en la que se produce la firma y aprobación de los estatutos que la guían por S. E. Rvdma. D. Fco. José Pérez y Fernández-Golfín, Primer Obispo de Getafe.

En los primeros años de la Cofradía se instituyeron los actos principales que habrían de centrar la devoción que atrae la Imagen de Jesús de Medinaceli.

La procesión de Jueves Santo se realizó por primera vez en el año 2.003. En ésta se utilizó una sencilla carroza procesional realizada en madera, portada por dieciocho costaleros. Ya en el año 2.006 se utilizó la carroza definitiva, realizada en chapa plateada, adornada con las doce estaciones del Vía Crucis y con el mismo sistema de cargaderas para dieciocho costaleros. La estación de penitencia quedo así conformada definitivamente.

El recorrido de la procesión experimentó algunas variaciones en los primeros años, pero siempre trató de adaptar su recorrido para acercar la Imagen de Jesús a aquellos rincones de Cadalso de los Vidrios que nunca antes la habían recibido y al mayor número de fieles posible.

El Besapies del Primer Viernes de Marzo, día grande de nuestra advocación, se celebró por primera vez el 5 de marzo de 2.004. Ese año ya se empezaban a recibir visitas de fieles de otros pueblos y ciudades cercanos. Uno de los propósitos fundacionales de la Cofradía, el de acercar Jesús de Medinaceli al mayor número posible de fieles y devotos, se empezaba a cumplir.

También a lo largo del año, desde la entronización de la Imagen, se realizan besapies cada primer viernes de mes.

Pero no todo fueron alegrías en la historia de la Cofradía. El Señor quiso poner a prueba los principios de humildad y servicio que se proclamaron en la fundación. En el año 2.011, una serie de discrepancias con el párroco, D. Álvaro Javier Gómez Romero, que ya se venían arrastrando de años anteriores, desembocaron en un desencuentro absoluto. Ese año la Cofradía tendría que realizar la procesión sin la compañía del párroco de Cadalso de los Vidrios, teniendo que recurrir a un sacerdote de uno de los pueblos vecinos. En los años 2.012, 2.013 y 2.014, la procesión de Jesús de Medinaceli del Jueves Santo ya no pudo salir a recorrer las calles de Cadalso.

Pero no terminó ahí el castigo infligido a la Cofradía. El golpe más duro fue tener que presenciar el desahucio de la Imagen de nuestro Padre, Jesús de Medinaceli, para ser trasladada a otra capilla de la Iglesia. En este nuevo emplazamiento la Imagen sufrió deterioro por la humedad y las actividades de culto quedaron suspendidas. Sólo quedaba el consuelo de saber que la capilla se comparte con las Imágenes de otras muy queridas hermandades de Cadalso. Fueron años muy duros para los más de quinientos cofrades que en aquellos momentos formaban parte de la Cofradía.

El año 2.015, con la llegada de un nuevo párroco, D. Carlos Ruiz, la Cofradía decide que ha llegado el momento de abandonar las lamentaciones y demostrar la misma determinación que la había llevado a hacer posible su creación.

En la asamblea general de enero de 2.015 se nombra una nueva junta rectora que tendría la misión de recuperar la actividad de la Cofradía. Y lo que era más importante, volver a acercar a Jesús de Medinaceli a nuestros hermanos en la Fe. Muy lentamente, con mucho esfuerzo y con muy pocos medios, el objetivo fue cumpliéndose.

La imagen de nuestro Padre, Jesús de Medinaceli, no ha recuperado su lugar original dentro de la Iglesia. La Cofradía lo acepta con resignación, pero con la esperanza de ver algún día como, si Dios quiere, se restituye al lugar que le corresponde. Lo importante en el presente es que nuestra Cofradía ha recuperado plenamente su actividad original y que vuelve a contar con el cariño de los fieles de nuestra Iglesia.

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